jueves, 27 de septiembre de 2012

LAS NORIAS DE SANGRE


Almería, como todo el mundo sabe es una tierra de clima Mediterráneo, es decir, mucho  Sol y  poca lluvia. Un clima seco y árido que aún más se agrava en la comarca del desierto de Tabernas y de Filabres-Alhamilla.  Esto ha provocado  que tradicionalmente el hombre  de estas tierras,  buscara la manera de captar, extraer, almacenar y utilizar de manera eficiente   un elemento esencial para sobrevivir: El Agua.

Pues bien, con este post dedicado a "las norias de sangre"  abriremos una sección dentro la Arquitectura tradicional o popular, dedicada a estas  obras de ingeniera, que resuelven la captación y la extracción del agua.

Son  llamadas norias de sangre  porque funcionaban con  tracción animal  y la que aquí os presento  en fotografías  es la noria de Lucainena de las Torres, ubicada  en el paraje del Saltador.
Este elemento de "ingeniera civil" consiste en un pequeño ruedo o "andal",  con un pretil en su perímetro y realizado con muros de mampostería de piedra, con contrafuertes. Dicho andal, está sobre elevado con respecto al terreno colindante para facilitar la evacuación del agua extraída, gracias al desnivel provocado por esa  diferencia de alturas.


A este ruedo se accede mediante rampas y en el centro de éste está el pozo con brocal (antepecho) de caja alargada, casi siempre rectangular. En la  parte superior de este pozo se coloca una máquina  para elevar el agua hasta la superficie, compuesta básicamente de dos grandes ruedas: una horizontal, llamada "Arbolote", de la cual sobresalía un "Mayal" o palo de palanca, el cual se sujetaba sobre una pieza de metal que o bien permitía la introducción de éste en su interior, o bien se apoyaba sobre la misma fijado con dos abrazaderas, al que se enganchaba el aparejo de la bestia de raza equina (burra o mula) que iba  ataba para que en su movimiento  de traslación por el ruedo o andal, hiciera que la  rueda o arbolote girara y ésta a su vez  transmitiera su giro a otra rueda vertical, llamada rueda del agua, la cual estaba  provista de una hilera  de arcaduces o cangilones, que con el movimiento y  al estar en contacto con el agua del pozo, estos se llenaban y se elevaban a la superficie, depositando el agua acumulada  en un conducto,  tipo acueducto y/o acequia que conducían el agua a una balsa de riego, a la cual también se le adhería un lavadero 





Como siempre, mucho de este patrimonio cayó  en el  deshuso por la evolución y el "progreso" y fueron desapareciendo de nuestros campos y paisajes,  aunque  en la provincia  de Almería podemos toparnos de vez en cuando con algunas de estas construcciones,  como es la noria de  Lucainena de las Torres y visible desde la Vía Verde,  y la que es quizás la noria más "mediática" o reconocida y mejor conservada: La Noria del Pozo de los Frailes (Nijar), a la cual pertenecen los esquemas o dibujos explicativos.

Como siempre, lo que más me llama la atención de todas estas construcciones, es la capacidad del hombre para sobrevivir en situaciones en las que no existen o son escasos  los recursos y los únicos   medios disponibles para su captación y aprovechamiento, son el ingenio, el conocimiento de su entorno y la ayuda de algún animal.


Acequia para conducción del agua hasta el embalse

Ruedas metálicas y pozo 

Rampa acceso en lateral

Embalse  y Lavadero

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